martes, 23 de junio de 2009

PADRES OLVIDADOS

Según el artículo número cuatro de nuestra constitución, el estado tiene el deber de proteger al anciano abandonado. Sin embargo aún podemos observar por las calles mendigos de la tercera edad intentando sobrevivir. ¿Qué pasa cuándo los hijos crecen, se van y el dinero de la jubilación, si es que tienen la suerte de poder recibirla, no es suficiente? Existen muchos factores por los que los ancianos quedan desamparados sin el auxilio de nadie. Felizmente existen otras instituciones cómo la iglesia y las ONG (Organización No Gubernamental) que velan por estos vacíos. No obstante, en la mayoría de los casos no es suficiente.

Existen muchas comunidades que carecen de la presencia de las autoridades como es el caso de Manchay. En esa comunidad, llena de una historia de violencia y pena, los primeros habitantes de la zona, ahora ancianos, viven gracias a la ayuda de la parroquia mediante la casa del adulto mayor de Yachayhuasy, y gracias a personas bondadosas de distritos como La Molina quienes asisten voluntariamente a prepararles eventos en fechas especiales cómo el día de la madre. Ellos han sido olvidados por sus hijos, algunos ni los tienen, y están a la espera de la filantropía de la gente. Este es solo un ejemplo resaltante ya que la zona ni siquiera se encuentra en provincia, está solo a unas horas de Lima. Si así de cerca de la ciudad más desarrollada del Perú encontramos este tipo de abandono por parte de las autoridades ya nos podemos imaginar del caso de Apurimac y Ayacucho que están en la parte final de la lista de las ciudades más pobres del país.

El problema es distinto al que podría suscitarse con el abandono de niños y adolescentes, ya que los ancianos no cuentan con un futuro por el que tendrían que desarrollarse. Es así que el apoyo que reciben es para que tengan un mayor confort en sus vidas. Para que descansen y disfruten luego de la labor que han hecho en toda su existencia.

El estado como ente regulador podría seguir el ejemplo de otros países como Ecuador qué hace más de cinco años decretó una ley especial para el apoyo de los ancianos, modulando el accionar de instituciones públicas y privadas por medio del Ministerio del Bienestar Social. Si es que no lo hace a través de alguno de nuestros ministerios como el Ministerio de Salud o el de la Mujer y Desarrollo Social, podría hacerlo creando una institución que se especialice velando por estas personas que si bien ocupan solo el 4,5 de la población total del Perú, son parte ,como todos, del pueblo peruano y se merecen los mismo derechos.

Para finalizar solo nos queda decir que este problema no existiría si la población es conciente de que debe devolver lo que los padres dan por los hijos. No es un problema de mal manejo del estado exactamente, la sociedad también tiene parte de culpa.

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